Es la eterna
pregunta del millón (bueno, una entre tantas en la vida del
opositor, aunque la favorita de la gente sea alguna del tipo “¿y
con todo lo que estudias, como es posible que no hayas aprobado ya?”
o “¿salio ya la convocatoria?”), pero si, evidentemente, tan
fundamental como los Carperis o el preparador para un opositor es el
lugar donde estudia. Al fin y al cabo, sera el lugar en que (salvo
excepciones o imprevistos) pasara la mayor parte de su día, durante
los próximos años.
¿Biblioteca o
casa? La respuesta depende tanto de la personalidad del opositor, de
su forma de ser y de sus hábitos que podríamos decir que su lugar
de estudio no es sino una extensión del propio opositor. Por
supuesto, depende de cada uno pero, aun así, intentaré sintetizar
en esta entrada los pros y los contras de cada lugar de estudio
(aunque ya digo, es una opinión tan personal que quizás algunos de
los pros sean contras para vosotros, o viceversa)
Pros de la casa (entendiendo por casa tu habitación, estudio, la casa de tu abuela del pueblo, de tu novia/a, etc): Claramente, el principal, la libertad de movimiento y de acción. Es tu casa y, por supuesto, con matices, tu decides cuando estudias y cuando no. Pero, a diferencia de la biblioteca, ni esta sujeta a horarios ni a la posibilidad de que no tengas sitio para estudiar (salvo raras excepciones, tipo obras o demás)
Otra ventaja es
que el opositor estudia siempre en el mismo lugar, la misma mesa, el
mismo cuarto, por lo que adquiere una rutina beneficiosa. Ademas, en
tu habitación puedes tener todos los códigos, Carperis y demás,
con el consiguiente dolor de espalda que te ahorras al no tener que
trasladarlos a biblioteca alguna. Ademas, y conectada con la ventaja
anterior, encontramos que al estudiar en un lugar propio, puedes
decorarlo a tu gusto, permitiendo motivarte mejor (post-it
motivadores, fotos de viajes, familia, pareja o novios,etc).
Otra ventaja (aunque en muchas ocasiones no lo sea tanto xD) es que en tu casa siempre tendrás disponible la cocina para prepararte un café, un té o un tentempié a media mañana (con el correspondiente ahorro que ello supone, lo cual agradecemos mucho los opositores). Y, por último, la ventaja por la que estoy seguro que la mayoría de los que estudian en casa eligen ese lugar: el silencio y la tranquilidad que hay.
Si,
ahora me diréis algunos: "Eso porque no vives con mi
hermano/primo/sobrino pequeño" o algo así no? Puede ser, pero
hasta el niño mas pesado acaba callándose y, en general, las
familias suelen ser muy respetuosas con el estudio del opositor. Y,
ademas, muchos opositores estudian los temas en alto y en casa eso es
factible.
Contras
de la casa: Para mi, la más importante. El estudiar en casa hace que
el opositor, quiera o no, acabe acomodándose. Despertándose y
acostándose con el pijama, arreglándose para ir a cantar y poco
más...es muy peligroso, puede fomentar el ser un ermitaño, aunque
todo depende del opositor y de sus ganas de salir a la calle después
de la jornada de estudio. El estudiar todo el día y no ver más
personas que las de tu propia familia, ni el ritmo de la sociedad a
tu alrededor no es siempre lo mas apetecible, por lo que el opositor
estará obligado a intentar salir un rato cada día (aunque sea a
pasear al perro). El encerrarse en casa y salir para poco más que el
cante con el preparador únicamente juega en contra del propio
opositor y de su preparación.
En cuanto a los
pros y contras de la biblioteca... los pros son que te obliga a salir
de casa, teniendo un horario (de tal a tal, vuelvo a casa a comer y
por la tarde de tal a tal). Permite al opositor separar y poner
barreras: mi casa es mi lugar de descanso y relax, no el potro de
tortura. Estudiar en la biblioteca te hace salir de casa, vestirte y
ponerte minimamente guapo/a, puedes hacer los descansos con un amigo
(en mi caso estudio con amigos/as opositores y se agradece mucho, ya
que los horarios de estudio y descanso están establecidos, lo que te
obliga a cumplirlos), ves la luz del sol, la gente haciendo sus
vidas...evita el acabar hablando con los gatos xD. Y, si estudias en
tu antigua biblioteca, evitar perder el contacto con amigos/as de la
carrera. Ademas, si necesitas algún código o manual (esto para los
que estudian en las facultades de Derecho) los tienes a mano siempre.
¿Contras? Tiene los suyos, la verdad. El primer y mas importante, los horarios. Las bibliotecas abren y cierran a una hora determinada y estas sujeto a ellos. En mi caso no me quejo, en Cantabria el paraninfo abre los 7 días de la semana (entre semana de 8 a 23:45, lo cual me viene perfecto, ya que raro es el martes o miércoles que no lo cierro; y los fines desde las 10:15 hasta las 19:45). El segundo, la gente, obviamente. El opositor con el paso de las semanas y los meses se va volviendo mas maníaco, mas estricto (lógicamente, la época de la universidad ya termino, tu tienes unos horarios y unos temas que cantar, te estas jugando tu futuro y no puedes permitir perder el tiempo) pero ah amigo, en tu biblioteca la mayor parte, seguramente, serán universitarios y, no nos engañemos, ¿acaso nosotros no eramos iguales en su época? Revoltosos, charlatanes, incluso poco respetuosos con el estudio de los demás...sin obviar ese horrible taconeo de las féminas que deben pensar que la biblioteca es la nueva Madrid Fashion Week...
Y
claro, estudiar donde puedas encontrar amigos/as esta muy bien, pero
es una espada de doble filo muy peligrosa. Porque ¿a quien no le ha
pasado que ese descanso de 15 minutos se acaba terminado en uno de
una hora? Y claro, llegas a tu mesa y horror!! Te quedan 2 horas de
estudio y casi todo el tema por empollar. El opositor que estudie en
biblioteca con gente conocida una de dos: o esa gente es igual de
respetuosa con su trabajo como el opositor con el propio, o deberá
armarse de fuerza de voluntad para saber que si el descanso es de 15
minutos, es de 15, no de 45.
A grandes
rasgos, esos son los pros y contras de casa y biblioteca. Por
supuesto, cada uno tendrá los suyos propios, lo importante es lograr
encontrar tu lugar adecuado de estudio y aprovecharlo. Y tu ¿estudias
en casa o en la biblioteca?
- Carlos Ocaña