Detrás de los cantes...

Intentando sobrevivir a esto de opositar, compartiendo este arduo camino salpicado de anécdotas, experiencias y buen humor, para evitar perder la cabeza, ¿te apuntas?

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jueves, 20 de diciembre de 2012

Opositar y trabajar , esa combinación


Buenas a todos, hago mi debut en el blog de mis queridas compañeras hablando de algo que, aunque no es lo más usual, desempeñan bastantes opositores, el compaginarlo con el trabajo.

He de empezar diciendo que soy un opositor de los que se pueden considerar veterano, ya que este noviembre cumplí mi primer lustro opositando a la Carrera Judicial. ¿Qué se siente al llevar tanto tiempo estudiando una oposición de tal calibre? Esta cuestión la expondré en otras entradas posteriores, si las blogueras tienen a bien seguir leyendo mis experiencias vitales (sin dormirse).

Terminé la carrera en junio de 2007, un viernes, y empecé a trabajar el lunes siguiente, en Banca, con la idea de sacarme algo de dinero de cara a empezar la oposición durante el verano, ya que no empezaría hasta octubre a estudiar y así no tener que utilizar el manido “papádáme”. En el trabajo las cosas me iban bien, estaba contento y me sentía realizado, así que llegó septiembre, octubre y seguí trabajando, con la novedad de que a la vez me ponía a opositar.

Lo que empezó como algo eventual se convirtió ya en rutina, en compaginar trabajo y oposición, hasta llegar con ese binomio hasta enero de 2010 de una manera continua. El modus operandi era el siguiente: levantarse a las 6.30, desayunar, irse a trabajar de 8 a 3 y algo, comer a las 4 y a las 4.30 ponerse a estudiar hasta las 9.30 o 9.45. Algunos pueden pensar que es muy duro, que realmente lo es, pero te da ciertas ventajas que ser opositor a tiempo completo no te da. Como ejemplos podría citar el que al tener más libertad económica, no estás tan agobiado con la idea de tener que sacarte una plaza para tener algo de independencia, aunque sea solo de este tipo; el abstraerte por la mañana de los estudios en algo productivo, que hace que no te consuma tanto por dentro; el socializar, cosa que personalmente me encanta; el saber que tienes menos tiempo para estudiar y por lo tanto, el que tienes lo aprovechas mucho más y no cuentas las gotas del gotelé de la pared. Estos son meros ejemplos que me pueden venir a la mente, aunque cada persona es un mundo y si algún lector oposita y trabaja, seguro que sacará a colación o le vendrá a la mente algún otro.
Tuve que dejar de trabajar para centrarme 100% en la oposición, para no seguir dilatándola, pero hace unos meses me animé a seguir en otro proyecto que también me gusta y esta vez relacionado con el Derecho, el trabajar como procurador habilitado, cosa que cumple en bastantes premisas lo que busco en un trabajo como son socializar, hacer algo dinámico, airearme por las mañanas y lo más importante ahora que soy un opositor veterano… ver expedientes, demandas, todo tipo de resoluciones y… asistir a juicios. Cómo se aprende asistiendo a juicios, cómo se relaciona lo que hemos estudiado con lo que se ve en la realidad… Sobre eso también podría dar mi punto de vista, si Irene y Pía no me han metido un virus en el PC para que deje de escribir.

Ahora, mi vida profesional, por así decir, se compone de oposición y procura, la llevanza de ambas tareas y de momento no puedo decir más que estoy muy contento de salir de la cueva unas horas al día, aunque sean poquitas, y sentirme útil durante un rato al día.

No quería despedirme sin daros un abrazo a todos y desearos lo mejor en este camino que es la oposición.

Fran Gómez, @erfran82

domingo, 16 de diciembre de 2012

Ave Carperi, opositori te salutant

Giro postal. Hasta que no pedí por primera vez los Carperi no había acudido nunca a este curioso método de compra vía Correos. Yo, ilusa, creía que la editorial tenía tienda on line... ¡primera sorpresa! Y es que esta oposición, necesita rápidamente un cambio de imagen. Es imposible que la gente no tenga en su cabeza la imagen del sector Justicia como anticuada o rancia, si aún seguimos utilizando libros cuyas portadas amenazan con quebrarse y tienen un formato imposible de fotocopiar a no ser que reduzcas la letra hasta el punto de poner en peligro tu vista...

Por otra parte, -no sé si estaréis de acuerdo conmigo-,  es hora de que por fin se anime la famosa editorial al formato electrónico. Serían todo ventajas. Nada de acudir al "dúo dinámico" (que es como yo llamo a las tijeras y al pegamento) cuando llegan las reformas. Nada de llevar un peso de muerte a la biblioteca. Si lee mi sugerencia una famosa página de venta de libros electrónicos, que lance una oferta a Carperi, por favor.

No obstante, a día de hoy me he resignado y estoy plenamente convencida de que este largo camino no hace sino llevarme cada día hacia el pasado, de ahí el título de la entrada. Leyes que estudias y luego hay que olvidar. Teorías que has de saber pero que, en realidad, no tienen demasiado sentido porque, o son muy antiguas, o precisamente, una vez que te has mirado las diferentes posturas que existen y han existido respecto de un determinado tema, te dice el libro en letra pequeñita: "Actualmente el Tribunal Supremo ha optado por la teoría tal..." ¿Por qué no nos lo dicen antes y sólo nos ponen la que verdaderamente es importante?

Mención especial, de hecho, merecen los párrafos en letra pequeña con los que Carperi quiere dar emoción a nuestras vidas. Estudiarlos o pasar de ellos, ésa es la cuestión... Lo mejor, en la mayoría de los casos, es arriesgarse y saltar la vista hacia el próximo párrafo con "letra normal"

Siempre he dicho que si en la facultad nos reciben con Derecho Romano, por algo será. No sé si estaréis de acuerdo, pero yo pido a gritos una actualización. Nada de impertinentes reformas que sólo hacen marearnos, sino un "lavado de imagen" diciendo adiós a artículos del Código Civil que son propios de novelas de Pérez Galdós, o al menos, actualizando el lenguaje que emplean, por ejemplo:


El criado doméstico destinado al servicio personal de su amo, o de la familia de éste, por tiempo determinado, puede despedirse y ser despedido antes de expirar el término; pero, si el amo despide al criado sin justa causa, debe indemnizarle pagándole el salario devengado y el de quince días más.
El amo será creído, salvo prueba en contrario:
  1. Sobre el tanto del salario del sirviente doméstico.
  2. Sobre el pago de los salarios devengados en el año corriente.

¿Criado? ¿Amo? ¿Sirviente doméstico? Ni una máquina del tiempo logra trasladarte al pasado de forma más rápida que artículos como éste. Si en una conversación con amigos se te escapa alguna palabra de éstas, seguro que piensan que nos hemos apuntado a la "moda retro"... Al fin y al cabo, ¿no es éso lo que se lleva?


Jauladecemento

viernes, 14 de diciembre de 2012

"Libros, caminos y días dan al hombre sabiduría."



Volvamos al principio de los tiempos… Opositores. ¿Os acordáis de los primeros días? Compra del primer libro, primeros días de estudio, primer cante… Hoy voy a ser la encargada de llevaros por mi camino de compra del primer libro y unos consejillos de mi preparador y de mi aún breve -pero intensa- experiencia con ellos. 

Y es que la mayoría de los opositores usamos los “famosos” -en nuestro “Opo-Mundo” lo son, sí- Carperis. Pero no todos experimentamos la experiencia de ir a la propia Editorial a comprar el libro. A todos aquellos que, como a mí, os gusten las librerías, su olor, sus pilas de libros, Carperi os… Os… Os desilusionaría. Encontrarla ya tiene su aquel: sigues el camino trazado sobre Google Maps, llegas a un parquecillo, lo atraviesas y ¡voilá!: una verja con un cartel de “Propiedad privada”. Ahí es cuando tuve que llamar a otra amiga de aventura para que me explicase que tenía que entrar por ahí, sí. Me fue guiando entre altos edificios grises hasta una oficina con un cartelito: “Carperi”. Y por dentro es exactamente lo que parece por fuera: una oficina. La única diferencia con la estantería donde tienes tú acumulados tus Carperi es que la suya es más alta y con más libros rojos.



La oposición tiene mucho factor psicológico: tú eres tu peor enemigo si te agobias o te frustras.  Así que lo mejor para estas cosas es seguir a la voz de la experiencia: el preparador.

El consejo de mi preparador sobre el temario es no comprar libros de golpe, sino uno a uno, cuando los vas necesitando. Y comprarlos cuanto más tarde, mejor, para no agobiarse viendo lo que nos viene encima. 

Algún consejo más sobre los libros:

Tu libro es uno de tus medios principales de trabajo, vas a tener que pasar con él muchas horas. Pero su texto no es “verdad absoluta”: comprueba los artículos (sobre todo si usas carperis, porque aún no conocen el arte de “cortar y pegar”) y si algo te suena raro, ponlo en duda y pregunta o investiga. 

Acostúmbrate a mirar el BOE y/o estar atento a las redes sociales, comentarios de otros compañeros de aventura, que nos estaremos quejando -y a veces, con razón- de las modificaciones legislativas que afectan a tal o cual tema (o incluso, hacen aparecer cosas como “tema 76 bis”).

El refranero español es sabio: “El que mucho abarca, poco aprieta”. Si te entretienes en ver el tema que te toca después, lo que vas a estudiar en la siguiente asignatura, cuántas páginas tiene el tema de la semana que viene… Te descentras. Y si te encuentras algo desagradable, te quitas las ganas. Céntrate en lo que tienes delante, porque habrá temas que no te gusten y los tendrás que estudiar de todos modos, pero ahora mismo, no son tu problema. 

Y sobre todo: ¡Cierra el libro de vez en cuando y olvídate de él! Tu cuerpo y tu mente lo agradecerán enormemente. El descanso es tan importante como el estudio para sobrevivir sin volverte loco ;)

 ~Irene

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